Los campos de Quechereguas

Al fallecer, don Emilio Ruff, esposo de la señora Lidia Villiger Klein, poseía alrededor de 600 hectáreas de campo en Quechereguas, una localidad que queda entre la ciudad de Traiguén y Ercilla, por el camino del Fortín, en la novena región.

Quechereguas significa en lengua Mapuche Cinco Rehues. En esta localidad acamparon por primera vez los colonos suizos que llegaron de Europa en 1881 y desde este «centro de operaciones», se fueron distribuyendo a las tierras que les asignaba el Gobierno Chileno. A cada Colono le correspondían 40 hectáreas de tierra, más 20 por cada hijo varón mayor de 18 años que lo acompañara. Así, a la familia de Cándido Klein, abuelo materno de la señora Lidia Villiger Klein -quien venía de luchar en las guerras napoleónicas y de haber invadido Moscú-, le correspondieron las tierras que hasta la fecha se mantienen en su familia; ya que en 2007, la señora Lidia Villiger Klein le entrega a su sobrina Rosemarie, alrededor de 220 hectáreas de lomajes y cerros, en los cuales hoy se dedican a la agricultura tradicional.

Por el lado de su difunto esposo, don Emilio Ruff, la señora Lidia hereda parte de lo que había sido de la familia de él. Una casa patronal y campos que distribuye de la siguiente manera: A don Patricio Muñoz, le entrega alrededor de 80 hectáreas y a su ex cuñado, Alberto Ruff Schifferli, no obstante que su difunto esposo no le había dejado nada en su propio testamento, ella le regala un campo con las restantes 300 hectáreas que le quedaban. Todo con el compromiso de que le pagaría a ella un arriendo muy bajo, pero que le permitiría seguir viviendo con comodidad, hasta que ella no estuviera más. 6 quintales por hectárea debía pagar Alberto Ruff, tanto por el campo que le regalan, como por el que la señora Lidia Villiger le entrega a su sobrina Rosemarie, ya que por ambos predios se guarda el usufructo hasta el momento de su muerte. Pasa el tiempo y Alberto Ruff le pide a la señora Lidia que «le alce el usufructo» que mantenía sobre su propiedad, con el pretexto de tener que plantar una parte del fundo, pero con lo cual, ya no le vuelve a cancelar los arriendos pactados, muy a pesar de la señora Lidia Villiger Klein.

El último arriendo que Ruff paga es el equivalente a 12 hectáreas, de las 520 que debían ser.

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